El déficit auditivo
en recién nacidos, conocido como hipoacusia congénita, es una patología
frecuente en nuestro país, y debido a la importancia que tiene para el
desarrollo humano, es clave realizar la detección precoz de este problema.
El oído es uno de los sentidos que nos permite
conectarnos con el medio que nos
rodea desde antes del nacimiento y constituye la principal vía para el desarrollo
del lenguaje y la comunicación en el ser humano. Cuando la audición se ve
afectada, especialmente en lo que se conoce como periodo crítico, que se da
durante los primeros años de vida, resulta menos exitoso e incluso imposible desarrollar algunas de las
funciones posteriores como el lenguaje.
Cabe mencionar que solo alrededor del 50% de los recién nacidos con hipoacusia
congénita presenta algún factor de riesgo asociado, como antecedentes
familiares, bajo peso al nacer, prematuridad, infecciones, entre
otros. Un gran porcentaje de bebés no muestran señal de alerta o antecedentes
que hagan sospechar de la presencia de hipoacusia y, por lo tanto, en este
grupo generalmente el diagnóstico se realiza tardíamente.
En
la actualidad, gracias al desarrollo de nuevas tecnologías, es posible realizar
una evaluación auditiva a temprana edad y así obtener un diagnóstico certero y establecer
un tratamiento oportuno, lo que ayudará al desarrollo óptimo de las habilidades
del menor.
En
nuestro país, las pruebas para la detección de hipoacusia en recién nacidos no
son obligatorias y solo se realizan a un grupo limitado de neonatos que puedan
presentar algún factor de riesgo asociado. Por ello, es importante estar atento
a los signos de alerta de hipoacusia.
Por
ejemplo, si el recién nacido no reacciona ante ruidos fuertes o a medida que va
creciendo no reconoce voces familiares o no responde cuando se le llama por su
nombre y/o no utiliza palabras “sueltas” para comunicarse, puede que la causa
esté relacionada con una pérdida auditiva. Ante esto, lo mejor es realizar
exámenes auditivos, e incluso, aunque no exista señal de alerta que haga
sospechar de pérdida auditiva, es recomendable llevarlos a cabo.
En
los laboratorios de la Universidad Santo Tomas se realizan evaluaciones
auditivas abiertas a la comunidad, las cuales pueden ser solicitadas llamando
al teléfono (65) 2482021. La importancia radica en que si esta afección no es
detectada a tiempo, pueden
producirse consecuencias en el normal desarrollo del lenguaje y habla, en la
adquisición de la lectoescritura, problemas emocionales y atencionales, entre
otros.
Por eso hay que
recordar que lo más importante es la detección precoz.
Fuente: María Pía Sepúlveda
Yury Paredes Barria
Fonoaudióloga
Experta en Audiología U. de Salamanca
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